AMO-A-MI-MAMÁ, POR IVANA GISELA ÁLVAREZ ¡GRACIAS LOBITA!



Mi madre habita los espacios

los habita todos.
Comprende
sin teorías
y se infla como un globo
cuando no me dejan ser.
Me cuida
de sus miedos y de los míos.
Sabe de lo que soy capaz
aún cuando todos los demás
han bajado ya, los brazos.
- no comprenden
el camino lateral
que voy tomando -.
Mamá me quiere feliz
y nada más.
Se deshizo tantas veces
de sus egos
para acompañarme

en la travesía de vivir.
Se calló y gritó

todo lo que pudo.
Mamita lo es todo:
su regazo,
y su perfume a flores
y frutas.
Es mi maestra
de mamá:
Ha tejido a lo largo de los años,
una capa larga de hilos invisibles, 
sin herramientas,
más que las de su propio amor.
Madre:
Hoy con este poema
soy yo la que quiero
acunarte,
la que quiere mecerte
para que puedas llorar como
hija.
Me lo ha dicho mi abuela
en sueños: 
que te hace falta.
La primera vez
que hube de cuidarte,
tuve miedo.
No sabía
que los hijos podían
velar de ese modo por sus padres.
Es que era y soy 
tremendamente hija.
Mamá:
puedo acunarte

y llevarte flores de mi jardín.
Regalarte ahora yo, 
amparos,
cuando no te dejan ser.
Inflarme.
Puedo darte mis manos
de miel
para que descansen
tus huesos
agobiados.
Sólo espero que lo pidas
porque a veces,
olvido que puedo cuidar-te.
Me deleita que
te gusten las cerezas
y las tortas sabrosas
y las frutas
de todos los colores,
y que comas 
las cáscaras
como un conejito.
Pues no me entusiasman
las mujeres maravilla.
Me ilusiona
ver cómo haces arte
con los maquillajes
y cómo defiendes
tus uñas de loba.
Aprendo que se puede
conservar el estilo.
Mujer de paciencia
generosa.
En extremo, dedicada
a sus amores.
Hoy vengo a darte
descanso

en los brazos
de nuestras ancestras.
Recuéstate
sobre los de la abuela Josefa
y los de mamá Ñata.
Ellas me cantaron 
tu nombre
y me dijeron
cuánto te aman.
Descansa
sobre mis brazos
que juntas, entonaremos
una canción de cuna
para ahuyentar
los males:
dolores de panza
y monstruos concretos.
Mujer, hoy
puedes
dejar de ser toda mamá
Y ser HIJA.
Soplemos todas
juntas sobre tu útero,
presente,
aliento salvaje.
Reguemos
con bocanadas de 
fuego
y agua.
Que se incendie
tu alma de hembra
y sucumbas
a la mujer-sabia
a la que ya, has tomado
de las manos.
Hoy, te acunamos
todas
para que llores
y limpies.
Para que respires
profundo
y sueltes carcajadas.
Te visitarán las diosas
y reiremos y cantaremos
¡Todas!

Ivana Gisela Álvarez

¡UNA BELLA HISTORIA! ¡GRACIAS AÍDA SUÁREZ!, LOBA DEL BOSQUE!

Os dejo un regalo, un cuento que encontré y me parecio delicioso.
Lo encontré por casualidad pero no se el autor dela historia!!! :(
"Había una vez dos mujeres que no se conocían,
De una no te acuerdas, a la otra la llamas madre.
Dos vidas diferentes se pusieron de acuerdo para darte la vida,
Una se convirtió en tu estrella del norte, la otra en la luz del sol.
La primera te dio la vida, la segunda te enseñó a vivir,
La primera te dio la necesidad de ser querida, la segunda estaba allí para quererte.
La una te dio la nacionalidad, la otra te dio un nombre,
La una te dio la semilla de la inteligencia, la otra te dio un alma.
La una te dio las emociones, la otra hizo desaparecer tus miedos.
La una vio tu primera sonrisa, la otra enjuagó tus lágrimas.
La una renunció a ti, era todo lo que podía hacer.
La otra quería un hijo con todo su corazón y Dios la llevó a ti.
Y ahora me pides con lágrimas en los ojos, la vieja cuestión, herencia o entorno?
Que hace que seas como eres?
Ni la una ni la otra, querida
¡tal sólo dos formas diferentes de amor!"


Aída Suárez

IN NOMINE poema de Aída Suárez



Deméter mía
Que estás a mi lado
Santificado sea tu vientre
Venga a mi tu abrazo
Hágase nuestra voluntad
Tanto en la tierra como en la luna
Y respeta mis instintos jóvenes de luna cambiante
Así como yo aprendo de las resignificaciones de tu plenitud


Deméter mía
Que estás en mis lunas
Santificado sea tu vientre
Vengan a mi tus besos
Hágase nuestra voluntad
Tanto en la tierra como en la luna
El refugio de cada día da-me-le hoy
Y respeta mis instintos jóvenes de luna cambiante
Así como yo aprendo de las resignificaciones de tu plenitud
Déjame caer en la tentación
Más líbreme del pecado de desear no ser mujer
Amén

Aída Suárez
Tomado con amor de su blog "El sendero de mis días" http://elsenderodemisdias.blogspot.com/
Gracias hermanita!